Fuimos testigos de un feminicidio en una obra de ballet contemporáneo, la obra era la interpretación del ballet clásico «Carmen» y nuevamente la realidad supera a la ficción...
Mi hija quería sentarse en primera fila del teatro y yo ni en primera fila de clase jamás he aceptado estar, así que le acompañó la abuela.
Al final de la obra ya me esperaba los cuestionamientos de una niña de 6 años si yo misma fui alterada con el hecho que la bailarina principal fuera asesinada por amor.
«Por qué cuando le besó, la mató?»
Para responder a su única pregunta sobre el final le respondí que él la habia matado porque no aceptó que ya no lo quería más y agregué que estaba mal lo que.hizo él y que no hay que reaccionar así, lo cual creo que le pareció lógico y lo aceptó porque dejó de preguntar.
En mi mente quedaron tantas cuestiones... el homicidio en su diferentes formas: el crimen, la enfermedad, las palabras hirientes y la frustraciones que tu mente te ayuda a incubar.
En la sexta fila estaban conmigo dos mujeres sobrevivientes de cancer ninguna de ellas se dejó vencer por el intento de femicidio que la enfermedad les quiso cometer sino que se aferraron a vivir, las admiro!
En primera fila estaba otra mujer sobreviviente, ella víctima de maldiciones, frustraciones por un matrimonio fallido y un ACV... pero no pudieron llevar su vitalidad y ahí estaba, la admiro!
Y me admiro! Hubo besos que intentaron matar mi vitalidad, palabras que intentaron matar mi seguridad, comparaciones que intentaron matar mis ideales, acciones que intentaron matar mi voluntad...
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